El día que dejé amar(te).
Has logrado lo inimaginable, un año y algunos meses después, hoy por fin he dejado de amarte;
No me mal interpretes, no escribo esto con resentimiento, sé que en este juego tóxico que llamábamos amor, hemos perdido ambos. Pero hoy decidí dejar de amarte, hoy dejé de sentir esperanza en nosotros y después de mucho tiempo he logrado verte por todo aquellos que eres (y no me has gustado).
Pensé que te amaría siempre, que este sentimiento sería interminable; alguna vez te dije que sin importar lo que hagas, yo aún te amaría, aunque me costara el alma y aunque no lo deseara, siempre te amaría y no podías cambiar eso. . . que me habías hecho lo peor y arruinaste mi vida por completo, pero este corazón torpe e ingenuo aún te seguía eligiendo.
Pero hoy dejé de amarte.
Ya no te espero ni anhelo un nosotros, creo que has hecho suficiente, creo que he hecho suficiente. No hay una página después de esta, es el día en que nuestro libro se ha terminado; no habrá un segundo, ni una secuela, con este amor mueren todos los poemas y todas las canciones que desbordaban dulzura. Con mis lágrimas humedezco la tierra para hacer el hueco y enterrarte. Con mi sangre me hago la promesa de no volver a buscarte, ni a mirarte, y mucho menos a volver amarte.
Hoy dejé de amarte, ¿te hará feliz saberlo? ¿encontrarás alivio? ¿o sólo creerás que esta es una insulsa despedida como otras que tuvimos?
Quizás no me creas, pero hoy dejé de amarte. Nunca estuve tan seguro de algo, es sólo que ahora entendí que en tus brazos ya no está mi hogar, que en tus besos sólo me enveneno con mentiras, que dormir a tu lado es despertar con un puñal en la espalda.
Hoy dejé de amarte, sí, a ti, el amor más grande que he sentido y el mismo que te has encargado de destruir. Ya no te amo, no puedo hacerlo; y esta es sólo tu culpa, te volviste inhabitable para mí.